sábado, 21 de junio de 2014

FIN DEL CURSO...¡ Y DEL COLEGIO !


      Escribí esta poesía que hoy presento en el blog (y que ya recogí en el libro "Hombre al Sol"), en 2005, hace, por tanto solo ¡Nueve años! cuando mi hija Eva acabó Primero de Primaria.


   
     En 2014, es Clara, la pequeña, la que termina Sexto y, por lo tanto finalizan ya nuestros años de Colegio y quedan tantos buenos momentos pasados en él.






 






   

   Don Florencio fue el carismático profesor de aquel lejano curso y por ello le dediqué esta obra.
     



 
 


   Con su publicación quiero homenajear así mismo a todos los que os dedicáis a la bella e importantisima labor de educar a nuestros hijos, especialmente a los profesores de Educación Infantil y Primaria, entre los que tengo el honor de contar con muchos buenos amigos.
  
 
    Dejáis un poco de vosotros mismos en los niños y tenéis que sentiros orgullosos de vuestra entrega y de ser los pilares sobre los que se construyen los hombres del mañana.
 
   

     También quiero enviar un abrazo especial a todos de los que fueron mis profesores; algunos de ellos,me consta, siguen este blog.

















                                                ¡Gracias profes! 

   
     DON FLORENCIO

Cuando pasen muchos años

y la niñez quede lejos;
cuando ya no haya pinturas
esparcidas por el suelo,
sepamos ya dividir,
sumar no tenga secretos
cuando sepamos inglés
y ya nunca dibujemos.

Cuando, en fin, seamos mayores,
entre algunos trastos viejos,
encontraremos, tal vez
este libro de primero.
Él nos hará recordar
aquel lejano colegio
donde todo lo aprendimos
en las aulas y el recreo,
hicimos muchos amigos
¡y también muchos cuadernos!

Entre las sumas llevando
o el dibujo de Platero,
grande y con la tinta roja
un ¡Muy Bien! de Don Florencio.
 
Porque no fallé las cuentas,
porque era con "h", huerto
y en el dictado no tuve
ninguna falta ni acento.

En esas dos letras rojas
que eran para mí un gran premio,
allí se encuentra la huella
indeleble del maestro.

Sus manos grandes y firmes,
su voz, que era como un trueno.
Nos mandaba muchas sumas
y las letras... "¡Más pequeño!".
También nos contaba historias
riendo o a veces serio.

Y los viernes para casa,
nos mandaba leer un cuento.
Era muy alto y muy fuerte,
pero también era tierno.

Tendré muchos profesores,
de todos algún recuerdo,
pero, eso sí, estoy seguro,
el que nunca olvidaré,
fue el que me dio en primero.

Era muy alto y muy fuerte;
se llamaba: Don Florencio. 
                       
                               © A. Manrique Cerrato.- 2011




 









                                                   ¡Qué paséis unas fantásticas vacaciones!


6 comentarios:

  1. Qué bonito lo haces siempre, Me encanta esta turné que nos has dejado. Amigo Armando, que tengáis un buen verano en familia y nos dediques esas entradas tan ejemplares que nos deparas en tu blog de los viajes. Yo me voy a relajar un poco, quiero hacer las cosas bien para no equivocarme de nuevo, tengo varias ofertas de trabajo y quiero sopesarlas primero. Un fuerte abrazo y que tengas un buen verano.

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    1. Me alegro muchísimo, querido amigo, estaba seguro de ello; no se encuentran fácilmente profesionales como tú, ni con tu facilidad para expresar los sentimientos como tú lo haces.
      Un fuerte abrazo

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  2. This is a lovely poem Armando, I too have such gratitude to all the teachers in the world who put out such effort to teach our children. So many of them are dedicated and amazing:)

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    1. It´s great to share the same feelings about teachers. I feel very happy you read my poems. Do you translate them? How are they in English? Thanks, Launna for your interest about my work. Kisses

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  3. Muy emotiva entrada Armando. ¡Cómo me has hecho recordar mi querido colegio!... y a D. Florencio, con quien tuve el gusto de estar creo dos años. La diferencia es que no me ponía las dos letras mágicas (MB), pues nuunca acababa las series de números de cinco en cinco, hasta el cien...
    Y qué decir de su tinta roja, recuerdo que llegué a preguntarle dónde se había comprado ese bolígrafo, ¡yo también lo quería!
    Qué recuerdos... la sardina, la orla del aniversario, las sillas sobre las mesas, carteles y murales... Para mí, de todo ello han pasado cinco, casi seis años, pero que nunca olvidaré.
    Y contando sobre el Miguel Hernández, mi cole, podría estar mucho, mucho tiempo, al igual que Eva y Clara, para quien va mi Enhorabuena por superar y terminar una etapa. Le deseo toda la suerte y... ¡a por todo!
    ¡Un abrazo para todos!

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    1. Muchas gracias, Germán por tu comentario y por tan emotiva crónica de tu paso por el colegio. Ya veo que recuerdas con cariño los años escolares y lo harás más aún cuando seas un poco más mayor.
      Enhorabuena por ese brillante final de curso y ahora a disfrutar del verano y a escribir, que tus seguidores estamos impacientes...
      ¡Un fuerte abrazo!

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