lunes, 17 de julio de 2023

¡HASTA SIEMPRE DON FRANCISCO!



Alrededor de la mesa,

unos tipos se han reunido;

llevan curiosos atuendos,

su porte es más bien antiguo,

sus gestos estrafalarios,

histriónicos, divertidos,

joviales caricaturas,

gente de lo más surtido,

personajes entrañables,

tiernos, amables, festivos,

que hoy parecen, sin embargo,

un poquito entristecidos.

 

 Nos llegan de la memoria

de los años que vivimos;

todos fueron compañeros

de las tardes del estío;

cuando ya no había colegio,

junto a ellos descubrimos

la magia de la lectura

entre intensos coloridos,

aquellos de las viñetas

con las que tanto reímos.

 

Están ellos comentando

que les falta Don Francisco,

Ibáñez, padre y maestro,

de quien todos eran hijos;

creador inagotable,

cordial, ingenuo, sencillo,

virtuoso del pincel,

de las letras erudito;

huérfanos los ha dejado,

se hallan un poco perdidos,

como también  a nosotros,

todos los que fuimos niños

y que tanto disfrutamos

con sus tebeos y libros,

antes de que las pantallas

nos hubieran invadido.

 

Mortadelo y Filemón

dos agentes secretísimos, 

de la TIA los más celebres,

¡mundialmente conocidos!,

el uno con su levita,

trajes, disfraces, vestidos,

que acaba siempre corriendo

por su jefe perseguido,

el que luce pajarita,

y en su calva dos pelitos,

discutiendo con el Súper,

y Bacterio su enemigo,

entre inventos y artilugios,

ocurrencias, desatinos

y la Señorita Ofelia,

algo pasada de kilos.


Con su pícara expresión,

y ufano exhibiendo ombligo,

atendiendo a los clientes

con su rojo sombrerito,

un muchacho muy travieso,

el botones Sacarino,

que a través de sus andanzas,

de otra España fue testigo.

 

Te mando la ubicación

de un muy famoso edificio,

en la Calle del Percebe,

Trece, donde están los pisos;

allí a la vista de todos,

habitan unos vecinos,

cómicos, extravagantes,

y de lo más variopinto.

En el bajo hay un tendero,

que se las pasa de listo,

todo podrás encontrar,

entre estos sus inquilinos:

un raro veterinario

con chocantes casos clínicos,

la portera, una pensión

el excéntrico científico;

una provecta familia

con endiablados críos,

un moroso y un ladrón,

que se llama Ceferino

y uno que en la alcantarilla,

se ha fabricado su nido;

todos hoy se han trasladado

buscando nuevo distrito;

pues intuyen que el inmueble

pronto quedará vacío.

 

Entrañable Rompetechos,

de vista no anda muy fino,

del que dicen de su autor,

personaje favorito.

Cuántas carcajadas con

lo miope que era aquel tío,

las tortas que se llevaba

por su leve defectillo;

confundía los letreros,

los carteles, los avisos,

interpretándolos siempre

del modo más inaudito

para quedar finalmente

magullado y aturdido;


Otra pareja ha llegado,

Pepe Gotera y Otilio,

su lema ya lo proclama:

“Chapuzas a domicilio”,

así no engañan a nadie,

nada de trampas ni líos;

que si está el techo inclinado

que si no hay agua en los grifos,

o si han puesto unos enchufes,

donde ninguno ha pedido. 

Si la escalera está rota,

o el andamio carcomido,

a ellos nada les importa,

a todo han sobrevivido;

lo de Riesgos Laborales,

¡ni siquiera lo han oído!

 

Trapisonda, la familia

de su época prototipo,

graciosamente formal

es la monda este grupito;

Chicha, Tato y Clodoveo,

de pelos característicos,

y profesión sin empleo

buscavidas arquetípicos;

perros, gatos y ratones,

tortugas y gusanitos

que de todo hacían chistes

llegan cariacontecidos;

Doña Pura y Doña Pera

y otros no tan conocidos,

son cientos los personajes

que a la reunión han venido.

 

Surgen de los “DDT”,

de arrugados “Tío Vivos”,

de la “Colección Olé”,

de los viejos “Pulgarcitos”,

pero también de los “Guay”

y tantos otros fascículos,

y de los “Súper Humor”

entre todos el más mítico,

de la EGB aquel regalo,

en las cartas más pedido.

 

Hoy dicen que se ha marchado

el sabio, el genio, el mito,

el mago de la historieta

el compañero, el amigo,

el que tiñó nuestra infancia

de entrañable colorido;

el que siempre vivirá

en el alma de sus hijos,

y de quien somos mayores

más seguimos siendo niños.

 

Alrededor de la mesa

junto a unos extraños tipos

que traen curiosos atuendos,

y un porte más bien antiguo,

mirando atrás con nostalgia

y el corazón conmovido,

a través de estas palabras

emocionado te digo

que a través de tus historias

nunca del todo te has ido,

inmortal será tu obra

y eterno nuestro cariño.

 

Gracias por lo que nos diste

¡Y Hasta Siempre, Don Francisco!

                                                                                        © Armando Manrique Cerrato

Mi humilde homenaje y toda mi admiración  para el genio, como artista y como persona.

D.E.P.