Símbolo emblemático de Nueva York
que domina imponente la bahía
de América luz, antorcha y vigía,
heraldo soberbio de su esplendor.
Un horizonte único, arrebatador
que recorta el cielo en la lejanía,
la más anhelada fotografía
en este escenario sobrecogedor.
Maravilla la vista desde el río
majestuosa monumentalidad
modelo de elegancia y poderío,
Reina indiscutible de la ciudad.
Rebosa el alma de fuerza y de brío
frente a la Estatua de la Libertad.
© A. Manrique Cerrato.- 2014
Este es el soneto de la Estatua de la Libertad y, como ya hice en otra
reciente ocasión, me gustaría que si tuvieráis un momento, me dieráis
vuestra opinión sobre las dos formas con las que he intentado captar la
colosal fuerza de este monumento universal.
Os recuerdo el haiku :
Os recuerdo el haiku :
¡Haces soñar!
Iluminando al mundo
¡De Libertad!
Aquí tenéis una versión del soneto, con Raúl Díaz de Dios al acordeón, en la actuación del pasado miércoles:
Tenéis unos cuantos días para contestar, como explico en la entrada siguiente....
¡Que grande eres! me encanta esa forma delicada y poética que tienes de ensalzar siempre la belleza de las cosas.
ResponderEliminarSiempre contienen optimismo y musicalidad.
¡que pena que sea yo tan miedosos con los aviones para poder verla algún día! un abrazo enorme
¡Hola Armando! tras ver los dos escritos tengo que decirte que me quedo con la elegancia y musicalidad del Soneto, bien es verdad que este haiku me ha gustado por la sinceridad y energía que transmite tratando de manera tan impetuosa la libertad.
ResponderEliminarEs hermoso comprobar la vida que da la poesía a lo que es solo piedra, hierro y frío.
ResponderEliminar¡Armando eres un crack!