Hoy, tengo el orgullo de traer al blog una poesía de mi padre, Don Armando Manrique Legido del que ya os he hablado en numerosas ocasiones (entre otras, AQUÍ)
Este sol que se filtra tras las hojas de otoño,
dorada sinfonía sobre las viejas horas,
es el sol de las tardes de la infancia lejana
que se perdió en los años y el tiempo de las cosas.
Despertares alegres de la casa con niños
que acompañaba el timbre, las agujas, la esfera.
La escuela, el instituto,veranos, vacaciones...,
despertar cotidiano de andaduras y esperas.
Hoy descansa en silencio sobre la mesa vieja
y en su entorno desierto ya ni el aire susurra,
que él guarda entre sus piezas, ya inmóviles y eternas,
llantos, risas, estudios, juegos, amores, luchas.
Esta quietud dorada del final de la tarde
en la estancia vacía, silenciosa y cerrada
guardando pensamientos, mis sueños, lo que fuimos
cuando ya en el camino de mí no quede nada.
Magistral y emocionante recuerdo de los días de la niñez, "Aquellas Horas" inolvidables de un tiempo muy feliz que se escapó entre los dedos...
¡FELICIDADES PAPÁ!
Armando... this was nice and I love the pictures... I like seeing old family photos... I bet there are lots of memories behind them xox
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