En la tarde plácida,
navegando el Meno,
la vista de Frankfurt,
absorto contemplo.
La silueta espléndida
de sus rascacielos,
que se muestran bravos,
poderosos, fieros,
sobre las iglesias,
las torres y templos
que sobrevivieron
a la ciega furia
de los bombardeos;
aquella locura,
aquel sufrimiento
que tiñó de púrpura
el lar europeo.
Hoy reconstruido,
grandioso y soberbio,
de Alemania orgullo,
Frankfurt se presenta
elegante y bello,
Fénix renacido
en solemne vuelo.
Es Ia tarde plácida
en germano suelo
Es la primavera
a orillas del Meno.
Pronto os contaré historias de la capital germana...
Hasta entonces, un saludo y ¡Buena semana, amigos!
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