Bajo el sol naciente
de la azul mañana
contemplo en silencio
la marea baja.
Del umbrío fondo
retirose el agua
reclamó la luna
a su enamorada.
Charcos y arroyuelos
caprichosos surcos
que la arena labran,
agujas de sueños,
rocas cinceladas.
Magnífica luce
inmensa la playa
con aire romántico
de paz y de calma.
Apacible embrujo
de la azul mañana,
de la costa cántabra,
dulce y misteriosa,
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