llévame en tus brazos,
porque sólo quiero
sentirme seguro,
protegido
¡Alto!
Sentirme importante,
sentirte cercano.
Así,
¡A Gigantón!
¡A columpio!
¡A caballo!
subirme en tus hombros
y ser el más alto;
verlo todo ,sí,
así, desde arriba,
como los mayores,
¡ y todos debajo!
Papá, ¡Colúmpiame!
más fuerte
en tus brazos.
Quiero reír
mientras subo
y temblar,
un poquito,
cuando bajo;
una y otra vez,
Venga,
la última,
ultimísima.
¡Papá!
¡Vamos!
¡Date prisa!
Antes de que crezca
y ya no podamos
seguir jugando…
© A. Manrique Cerrato.- 2011
Pues hoy día del padre quiero dedicar este poema, uno de los más populares y a la que tengo además, especial cariño , al mío...
Felicidades papá y gracias por habernos dado una infancia feliz y por habernos guiado siempre con acierto en el camino.
Aunque esta vez debido a esta situación anómala que estamos viviendo no podré ir a verte próximamente espero que, junto con mamá pases un buen día y sintáis el cariño de todos nosotros.
Como veis en estas fotos, es emocionante comprobar cómo se repiten las mismas escenas, la ilusión de los niños cuando son pequeños, el orgullo de los padres , la alegría de esos momentos que, para uno ya no vuelven, pero que sin embargo de alguna forma volvemos a experimentar a lo largo de la vida.
Aquí podéis ver el poema tal como lo recité la primera vez en el Ateneo de Salamanca en Mayo de 2011:
Y a continuación dos preciosas versiones que los niños del Colegio Príncipe de Asturias hicieron , tras un estudio exhaustivo de la obra, dirigido por el profesor Don Julio Jiménez Sánchez del que ya os he hablado en otras ocasiones (AQUÍ):
Que, a pesar de todo, paséis un feliz día amigos, y para los que tenéis hijos pequeños, permitidme reiterar lo que quise expresar en el poema, aprovechad los inolvidables momentos de juegos e ilusiones que podáis compartir con los niños...
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