sábado, 9 de abril de 2011

BURGOS Y EL CID


        

      Como os decía en la última entrada, el pasado fin de semana hicimos una pequeña escapada a Logroño (Ana y César, un fuerte abrazo y todo mi cariño) . Aunque esta vez no paramos en Burgos, como en otras ocasiones, he querido recuperar algunas fotos de nuestra última visita a esta imponente ciudad castellana. 

    Además, aprovecho esta ocasión para recoger en el blog uno  de mis poemas favoritos, el célebre "Castilla" de Manuel Machado. 

      Es una obra que siempre me ha llamado la atención porque el autor  logra reflejar perfectamente (casi a nivel fotográfico) el momento en que el Campeador deja la ciudad de Burgos, con el calor abrasador de  la meseta castellana, cumpliendo lo ordenado por el Rey Alfonso VI que le castiga al destierro.

     Esta es una de las primeras poesías que aprendí de pequeño y me gusta también recitársela a mis hijas de vez en cuando (aunque ellas prefieren Hannah Montana, la verdad).

                      
                            CASTILLA 

      El ciego sol se estrella
      en las duras aristas de las armas,
      llaga de luz los petos y espaldares
      y flamea en las puntas de las lanzas.

      El ciego sol, la sed y la fatiga.
      Por la terrible estepa castellana,
      al destierro, con doce de los suyos,
      -polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.

      Cerrado está el mesón a piedra y lodo...
      Nadie responde. Al pomo de la espada
      y al cuento de las picas, el postigo
      va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!

      A los terribles golpes,
      de eco ronco, una voz pura, de plata
      y de cristal responde... Hay un niña
      muy débil y muy blanca,
      en el umbral. Es toda
      ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
      Oro pálido nimba
      su carita curiosa y asustada.

       “¡Buen Cid! Pasad... El rey nos dará muerte
      arruinará la casa
      y sembrará de sal el pobre campo
      que mi padre trabaja...
      Idos. El Cielo os colme de venturas...
      En nuestro mal ¡oh Cid! No ganáis nada.”

      Calla la niña y llora sin gemido...
      Un sollozo infantil cruza la escuadra
      de feroces guerreros,
      y una voz inflexible grita: “¡En marcha!”

      El ciego sol, la sed y la fatiga.
      Por la terrible estepa castellana,
      al destierro, con doce de los suyos
      -polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga.      

                                                 Manuel Machado
El Cid en Valencia
El Cid en Burgos

El Cid con otros ilustres personajes
Impresionante el Cimborrio de la Catedral de Santa María 
Capilla de los Condestables

Con prisa en el tranquilo Monasterio de las Huelgas

Unas enigmáticas figuras avanzan por el bucólico Paseo del Espolón burgalés
         
        P.D: Esta semana me he unido a la Asociación Cultural Pentadrama a la que pertenecen importantes artistas y escritores (y en la que, paradójicamente, ¡he sido admitido!). Llevan a cabo numerosas actividades relacionadas con la poesía, la música, el teatro y las artes en general. Su sitio está en mi lista de blogs. Os invito a echar un vistazo; es muy interesante. 
 http://acpentadrama.blogspot.com/

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