miércoles, 15 de noviembre de 2017

EN LA ALBERGUERÍA DE ARGAÑÁN



          Hace un par de días, estuve  en la  Alberguería de Argañán, el último pueblo de España de la comarca de Azaba , ya que a solo dos kilómetros está la frontera con Portugal y a cinco, el primer pueblo luso.







Aldeia da Ponte, el primer pueblo portugués





         
 Ante el pequeño árbol que se encuentra hoy en la plaza, estuve leyendo el hermoso poema titulado "Olmo de la Alberguería de Argañán" de Carlos Blanco Sánchez, que dedicó a su predecesor, un árbol emblemático que aún vive en sus versos.


Atrás quedo Miróbriga
peinándose en el Águeda.
Campillo, Ituero, Puebla,
bañándose en Azaba.

Ya llego a Alberguería.
Aquí es donde el Sol se ausenta cada tarde
detrás de El Madroñal y sueña, en Portugal,
un nuevo día.

Del olmo de la plaza ya solamente queda
recuerdo meláncolico de sombra sosegada.

¡Titán de entre titanes!
¡Grandioso Polifemo!
Vaivén que, entre tus ramas, el viento acariciase,
primaveras mil, cromáticas, floridas.

Al siglo veintiuno clamaron tus nudillos
- sonrisa esperanzada -
más, lúgubre destino,
- talante lastimero -
truncó la ansiada entrada.
Alma de olmo asido a las entrañas
de una tierra ruda y noble
¡Amada Alberguería!
Tu imagen y recuerdo aún persigo.

¿Quedamos bajo el olmo a la mañana?...
Comienza a despertar un nuevo día.

              Carlos Blanco Sánchez

  Hace años ya dediqué una entrada a esta poesía (AQUÍ) y, la verdad, desde entonces tenía mucho interés en conocer la Alberguería, así que fue muy emocionante para mí contemplar ese árbol y evocar el antiguo olmo del que queda "el recuerdo melancólico de sombra sosegada" y un sucesor aún no muy grande pero que seguro se convertirá en un ejemplar espléndido testigo sin duda de muchas nuevas historias...




 

   Gracias amigo y maestro Carlos por regalarme ese momento y por tu amistad. 





   Un fuerte abrazo.


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