domingo, 5 de mayo de 2024

A TI, MAMÁ, EN TU DÍA Y SIEMPRE


Tú no lo sabes mamá

pero estoy aquí contigo.

No te das cuenta mamá,

se ha ofuscado tu memoria

se ha velado, se ha perdido,

 ha quedado entre la niebla,

lo que fuiste, lo que fuimos

han quedado los jirones

en la mente confundidos.

 

Pues sí, ya ves hoy mamá

a cuidarte me he venido

que raro, ¿verdad?,

¡qué cosas!

No puede ser,

¡no lo creo!,

quiero seguir siendo niño,

que seas tú quien me atienda

que guíes tú mi camino;

que lo que necesitara

ya lo tuvieras previsto,

que prepares la comida,

la paella los domingos

las botas de apreski,

las marchas, los bocadillos,

que me traigas un jarabe,

¡cuidado, no  cojas frío!

cada mañana hacia el cole,

el estuche, la mochila

el forro para los libros

y que siempre bien planchadas,

las camisas en su sitio.

 

Tantos pequeños detalles

triviales, intrascendentes,

en aquel momento, nimios,

acaso insignificantes

por simples y repetidos

a los que tan poca importancia

en su día concedimos,

los que ahora valoramos

como el tesoro más rico.

 

Ojalá pudieras hoy

demostrarme tu cariño

con esas sencillas cosas

que ya no puedes hacer

porque el tiempo lo ha impedido

pues todo lo dedicaste

de tu familia al servicio.

 

Es dura a veces la vida,

es triste nuestro destino,

me cuesta mirar tus ojos

apagados y vacíos

los que fueron chispeantes

tan enérgicos, tan vivos,

como siempre fuiste tú,

mujer de genio, de raza

brindando en cada detalle

tu ilusión, tu sacrificio,

un amor  del día a día

austero, sin histrionismo

pero leal y profundo

poniendo en él corazón,

extraordinario y magnífico.

 

No te das cuenta, mamá

que este hombre que esta ante ti

ya maduro, ya curtido,

con arrugas en la frente,

con las penas y alegrías

de los años transcurridos,

es aquel al que cogías

en tus brazos siendo niño,

aquel a quien tú guiaste

de la mano en el camino.

 

Pero atiéndeme mamá,

porque esa tierna mirada

mantiene fulgor y brillo,

porque sigues siendo tú,

en tus ojos lo adivino y,

cuando  quieres ayudarme

a que quede todo en orden

colocado y recogido, o

cuando guardas para mí,

de tu plato lo más rico.

 

Mamá, me has hecho feliz

solo con llamarme

¡Hijo!


                        © A. Manrique Cerrato.- 2024

                                
Por toda una vida a nuestro lado, ¡Felicidades mamá!.
                                            
                          



                           



  

  












  

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