Quiero hoy recordar
aquella mañana,
aquella mañana,
hace pocos días,
allá por La Mancha
cuando estuve en Cuenca,
la Ciudad Encantada.
Las casas colgadas
ofrecen su encanto,
siempre inolvidable,
única, romántica
que hechiza el espíritu
y enamora el alma.
En un trenecito
que iba a toda máquina
fuimos al castillo
y, tras la muralla,
los desfiladeros
que su casco enmarcan.
El Júcar y el Huécar
caprichosos bailan
entre grandes rocas
y enormes gargantas.
El Júcar y el Huécar
caprichosos bailan
entre grandes rocas
y enormes gargantas.
Los colores vivos
de la Mayor Plaza,
sus recios escudos,
sus piedras y estatuas
y de sus batallas.
¡Qué lindo paseo!
¡Qué ciudad tan mágica!
¡Qué espléndido otoño
desde su atalaya!
desde su atalaya!
¡Que hermosa, tú, Cuenca,
allá por La Mancha!
© A. Manrique Cerrato.- 2011
© A. Manrique Cerrato.- 2011
Bonitas estampas y bella poesía sobre Cuenca. Gracias por compartir tus viajes Armando. La foto de Cristina con el paisaje de fondo me parece muy buena.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Ay, qué bonita Cuenca! Lo que pasa es que se ve tan pronto que de dos días te sobra uno. Las casas colgadas me produjeron un poco de insatisfacción pues yo pensé que era toda una hilera de casa y me encontré con "La casa colgada". El paisaje del puente con el desfiladero del río es fantástico y tomar unas cañas en una terraza al caer la noche es encantador. Nosotros la vimos en pleno agosto y hacía un calor infernal. Estuvimos en el hotel Leonor de Aquitania. Muy buen servicio. Cerquita de la plaza Mayor y del mirador donde dan la vuelta los autobuses y el tren. Una ciudad interior que aconsejo ver aunque sólo sea durante 24 horas. Un beso. Belén
ResponderEliminarVeo que ha gustado mi ciudad, espero verte cuando vuelvas a ella.
ResponderEliminarUn saludo.
Uno de los colombianos (Swa..)