Las hojas que se mueven
al llegar el viento del otoño,
llevan consigo el poso
de los días del verano;
la luz radiante
que hizo crecer en sus copas,
los mil tonos de verde
que nacieron en los días
de la primavera.
Hojas que se hicieron grandes,
hermosas, alegres,
las que contemplaron,
desde su esplendor,
y los besos
de los enamorados.
Y luego, sin saber como,
fueron perdiendo su frescura;
poco a poco
desapareció su lozanía.
En las puntas se empezó a ver
un pequeño tono amarillo,
tan inocente,
pero que fue creciendo,
también
y lo envolvió todo.
El verde se fue,
la frescura terminó
y, al final
esas hojas fueron cayendo,
lentas, perezosas,
cubriendo el suelo
con su color pardo,
meláncolico...
Fue al llegar el viento.
Eso sucedió
al llegar el viento
del otoño…
© A. Manrique Cerrato.- 2011
© A. Manrique Cerrato.- 2011
Preciosas fotos Armando.
ResponderEliminarJosé Antonio.
Preciosas fotos de esta, mi ciudad :)
ResponderEliminarLo que aún no sabemos, si se podrán hacer del invierno, porque aunque oficialmente no ha llegado, tan poco tiene mucha pinta de que vaya a llegar como otros años, que ya en estas fechas estabamos HELADOS.
Un saludo
P.D. Por favor, más de tipo test y menos de enumerar :)
LXIII